Monday, September 12, 2005

Mo Cushle!




Soy una persona – profundamente mujer – 100% sensual… de los sentidos – y dentro de estos, las cosas me llegan más por lo visual y lo auditivo que por otro cualquiera. Ergo, hay muchas imágenes y sonidos que me estremecen hasta la médula y que me cuesta mucho explicar a quienes no sienten o no le llegan las cosas del mismo modo que a mi. Afortunadamente, eso no me ocurrió cuando fui al cine a ver “Million Dollar Baby” ya que – aparte que iba acompañada de alguien que me conoce muy bien y se conecta de un modo similar a la vida – me pareció que también en el cine se produjo una catarsis colectiva, ya que al final de la película se hizo un silencio casi religioso, y muchos de los asistentes salieron apenas susurrando los comentarios post-movie… Y si bien es cierto que yo nunca fui fanática de Clint Eastwood como actor en sus papeles de macho recio, si me ha llamado profundamente la atención la tremenda sensibilidad que ha demostrado como director, especialmente en sus películas “A Perfect World”, “The Bridges of Madison County” y “Million Dollar Baby”, donde el tema central es como el ser humano se enfrenta a decisiones difíciles que le cambiarán la vida para siempre y el cuestionamiento moral que va más allá del credo religioso que uno profese, sea creyente, agnóstico o ateo. El cuestionamiento profundo y personal que te provoca una decisión puntual y determinante en tu propia existencia, lejos del juicio de la sociedad.

Aunque no es mi intención hacer una crítica de esta ni de ninguna película de Eastwood en su fase como director quisiera reflexionar sobre algunas escenas que me llamaron la atención de este film, que ha sido uno de los más hermosos que he visto en muchos años.

Primero, el manejo de la imagen. Impecable, con tomas sencillas, en algunas partes jugando con el blanco y negro y el color para matizar el estado de ánimo de los personajes y el ritmo dramático. Luego la música, que omnipresente y sutil se desliza por debajo de la acción, casi como colchón o cama elástica que soporta la acción dramática … y lo más sorprendente de todo es que también fue compuesta por Clint Eastwood! (Vaya sorpresa!!). Y, finalmente, la historia misma, que me sorprendió porque jamás me imaginé el desenlace que tuvo… Inesperado, cruel y simple, como la vida misma.

Y entonces pensé: Cuántas veces nos hemos visto enfrentados a un calibre similar de decisiones? Dónde tú sabes que – independiente de la decisión que tomes – ésta tendrá un impacto impredecible en tu vida? Estas situaciones que traen profundos cuestionamientos vitales, que estremecen tus creencias más profundas y re-ordenan tus prioridades morales, todo de una sola pasada??? ("Tough ain't enough!").

Esta película se trata, dentro de muchas otras lecturas, de lo que sucede cuando vives una tregua y luego la vida te pasa la cuenta por ello… La primera vez que la vi en el cine (la volví a ver en DVD este finde), me acordé del libro de Mario Benedetti, “La Tregua”… y hace poco, también recordé la canción que hiciera Oscar Andrade sobre lo mismo ("Gracias por la tregua que le diste a mi existir, gracias por la forma de hacerme ver que yo también se de amor") … Pareciera que hay una época en la vida de todos los seres humanos, donde un recreo maravilloso viene seguido de tremendas decisiones, voluntarias e involuntarias (éstas últimas, la gran mayoría de las veces) y de cómo decides seguir viviendo a partir de aquello. Una tregua que viene normalmente a poner color y sabor a tu vida o que llega en el momento justo en que uno piensa que va a perder la cordura o el corazón o ambas cosas a la vez!

Pero lejos de todo lo que uno piense o evoque a partir de las imágenes o de la historia, “Million Dollar Baby” muestra el profundo cuestionamiento de un hombre que ha vivido la vida a concho, que no le ha hecho el quite a ningún tema espinudo de su vida, que se ha hecho cargo de sus pérdidas y de su dolor, que vive el abandono de su hija estoicamente, que vuelve loco a un sacerdote con profundos cuestionamientos de fe (que de tan profundos, parecen chiste!) y que cuando se topa con una persona que le hace vivir una tregua de amor filial (en este caso), se convierte por azar del destino, también en su cruz.

El ring no es otra cosa que la vida misma. Allí es donde tú realmente decides como escribes tu propia historia. Puedes ser un boxeador de principios o uno al que sólo le interese ganar a cualquier costo, incluso a costa de la vida del contendor (no les parece “políticamente” familiar esto?). Es la lucha entre hacer las cosas éticamente correctas (a pesar de no ganar reconocimiento, público o privado) o de tener títulos y reconocimientos en la arena pública pero con una alfombra bastante gorda de tanto guardar basura debajo!.

Casi al final de la película, hay un diálogo entre Maggie y Frankie que refleja el resumen de su vida completa:

Ella le dice: No quiero vivir así después de todo lo que he visto. He viajado, he luchado y ganado, y he sido portada en las revistas, escuché a la gente que aclamaba mi nombre, bueno, ese que tú me pusiste …
... Yo nací pesando menos de dos kilos y mi padre solía decir que yo di una dura batalla para entrar en esta vida y eso es lo que haré para salir de ella…

Frankie la mira pasmado por su valentía y presintiendo el peso de su papel en la vida de su adorada rookie, le dice: No me pidas eso. No puedo hacerlo. Sencillamente, no puedo.

Luego de eso, vemos a Frankie en la iglesia, visiblemente perturbado y tratando de buscar respuestas en el sacerdote que daba misa en su barrio… pero éste es incapaz de decirle nada y sólo tiene palabras de consuelo que no le dan soluciones concretas pero políticamente correctas (dónde más hemos visto esa escena???)… pero muy en su interior ambos ya saben cual es la respuesta…

UF!!! Pareciera que cada día nos trae una lucha o un cuestionamiento nuevo, y allí estamos nosotros dando la batalla, peleando nuestros rounds tan dignamente como podemos, recibiendo golpes fuertes de vuelta que nos dejan heridas profundas y sin embargo, testarudos, nos volvemos a incorporar para seguir peleando, a punto del knock-out!... la mejor de las veces sintiendo que los seres que están más cercanos a nosotros - y que adoramos - cual público incondicional nos grita con amor desde la galería de nuestra vida: “Mo Cushle, Mo Cushle, Mo Cushle”… (my darling, my blood!).



9 Comments:

Anonymous Anonymous said...

a mi definitivamente esa pelicula me dejo plop, y mas aun porque vivi la muerte de mi padre e de esa forma, el no queria seguir asi, el queria vivir, pero no en una cama queria salir, caminar, manejar y sus ultimos dias lo paso en una cama, yo creo que perdio la vida esa semana, pero en fin es por todo esto que la vida se debe vivir a concho, siempre en cuenta regresiva, siempre sabiendo que este puede ser el ultimo dia de la vida, hoy por hoy ese es mi grito de guerra (ojo guerrera no warrior), jejejej, vive la vida hoy....

Yop

PD: otra cosa no me dejen morir asi, si me pillan por ahi le dan una vuelta al ventilador y se acabo la espera, Un abrazo

September 13, 2005 1:41 PM  
Blogger Icy said...

Qué divertido!!! Yo tb. les he dicho lo mismo a los mios... Nada de hacerme vivir artificialmente!!! Si me tocó, me tocó no más.

Y mi padre tb. murió igual... deseando tener al menos 10 años más de vida y queriendo hacer 10 mil cosas más. Eso nunca, nunca se me olvidó!

Un besito y no te preocupes, si yo me entero les recordaré a los tuyos tu último deseo!!!

Nos vemos en el Liguria!!!

September 13, 2005 2:12 PM  
Blogger Unknown said...

Me gustó.
Me hiciste acordar de la película, de su sencillez, de la clase de personajes que construye Eastwood en sus películas... tremendamente humanos, con sus miserias, limitaciones, sueños.

September 13, 2005 3:29 PM  
Blogger aLfredo said...

tremenda película...
con un extraño vuelco, inesperado, como es la vida, uno piensa que tiene todo organizado, planeado, pero de pronto el destino se encarga de cambiar los planes, por eso lo mejor es no tener cuentas pendientes, y como dice "yop" vivir como si fuera el último día de la vida.

tía gracias por todo, siempre es bueno esa cuota de honestidad, se percibe en lo que escribes.

un beso.

September 13, 2005 4:05 PM  
Blogger hc said...

ídola! te amo...

September 13, 2005 5:55 PM  
Blogger elcieloprotector said...

mmmmm. definitivamente me quedo con tu análisis. No soy experto, pero la película me aburrió. Yo soy fanático de Eastwood (me encantó Bird, Los Imperdonables, Río Místico y varias más) pero esta, no tengo idea por qué no me gustó nada. En fin.
Saludos

September 14, 2005 8:57 AM  
Blogger Icy said...

Sinceras gracias, Profesor Márquez!!! (de verdad) ... And relax! Ver películas es uno de mis pasatiempos favoritos!

Ahhh!!! y la foto en su blog es lejos la más linda que he visto desde que mis hijos eran chicos!!! (Necesita babero, profesor???? Jejejeje!!!)

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Para mi querido Conde... no te preocupes, en gustos no hay nada escrito! Gracias por tus palabras también.

September 14, 2005 9:43 AM  
Anonymous Anonymous said...

Lamentablemente no puedo opinar, no he visto la película. De hecho tengo mas de 30 películas que aún no veo, las compro y ahi quedan. En general si, evito los dramas, para dramas basta con los que existen en la vida real
De todas maneras, estoy de acuerdo con lo que dijo alguien, opinaste mejor que cualquier crítico de cine. H

September 14, 2005 11:30 PM  
Blogger Pau said...

Puedo opinar sólo de Los puentes de Madison: me tocó verla hace varios años atrás para hacer un análisis en mi universidad acerca del personaje de Meryl Streep. Descifrar características de su personalidad, las motivaciones que tenía en su vida, el cómo va cambiando durante la película, etc.
Me quedo con la escena final: ella en el auto con el marido, Eastwood coloca una gargantilla en el espejo retrovisor de su camioneta...
simplemente inolvidable.
Saludos.

September 17, 2005 1:31 AM  

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