El que sabe, SABE!

Este finde tuve la oportunidad de ver en “vivo y en directo” a Miguel Ángel Soto, uno de los mejores bailarines de tango – si no el mejor – de Buenos Aires. También tuve el privilegio de estar en la clase magistral que dio para algunos alumnos de tango avanzado en un taller de Santiago.

Ya les he contado antes que mi drama para bailar bien el tango ha sido el eterno “dejarse llevar”, que me ha costado más que aprender cualquiera de los pasos más complejos del mismo baile. Bueno, hasta este finde que pasó, siempre pensé que el problema era mío y estaba trabajando sobre esa “tara” muy fuerte porque yo aspiro a bailar tango medianamente bien… como buena escorpión, no paro hasta estar satisfecha - YO MISMA - de mis resultados… de hecho, hasta mi profe me dice que estoy bailando bien (y muuuuucho mejor que cuando llegué a su taller, eso sin duda) pero no sé… hay algo que no me deja sentir ese: "Estoy OK".

Una de las lecciones que nos enseñó este maestro de maestros – que con todo respeto, es un verdadero orgasmo verlo actuar – es que cuando uno baila con alguien que no conoce, tiene que hacerlo por lo menos en 3 tangos. El primero, para conocer los cuerpos, como se mueven, el nivel del bailarín o bailarina, su “peso”, etc. El segundo, para ver si puedes hacer algún “dibujito” (fantasía) y si finalmente hacen “click” en la pista, y el tercero ya para disfrutar - y disfrutarse - en el baile… si pasas al cuarto, lo más probable es que luego te quieras tomar una copa con el que te acompaña….(noooo, eso es broma!! Se la copié al maestro).

Las otras dos reglas, que yo ya las se pero HASTA EL CANSANCIO, adivinen cuales son: Yeap! DEJARSE LLEVAR y CONFIAR EN LA PAREJA DE TANGO… Y esto último de verdad que es importante, tienes que confiar en el bailarín que te “baila” (así se dice en el caso de la mujer)… si no es así, todo mal. Y de hecho, es así. Muchas veces me tocó ver parejas en plena competencia que se han caído en la pista porque te das cuenta que la mujer no confía en el varón o viceversa.

Bueh! haciendo el cuento corto, en un recreo de la clase, se acercó a mi uno de los bailarines ayudantes que venía con el maestro y me preguntó si quería bailar… yo le dije que no-gracias porque no estaba a su nivel (además que toda transpirada y chascona, no era el plano más seductor que digamos) y la verdad era que no quería que me dijera: “Tienes que dejarte llevar” (cuento que ya me sé al dedillo).

Estábamos hablando de eso cuando comienza a sonar “Adiós Nonino” de Piazzolla, que me encanta, y se me salió en voz alta: “Qué tango más lindo ese” a lo que el ayudante me dijo, “Vamos, bailemos, este es lento y seguro que podés seguirme”… Y todos mis compañeros me dijeron, “Ya! No seas rogada” … Uf y doble Uf!!! Ya no podía despreciarlo porque sería feo y le dije: “Bueno, pero ándate suavecito, que de verdad sé poco, bueno?”. El bailarín sonrió y me dijo: Vos confías en mi, cierto?. Y ahí me mató! Como le iba a decir que no???? Era uno de los ayudantes del maestro!!!

Yap, empezamos a bailar y se fue suave, lentito, como el tema… y de pronto, me dijo: "Ves que vos podés? Vamos dale, dejáte llevar” (gggggrrrrrrrrr!!! Ahí está la famosa fracesita aquella!!)… pero esta vez no sé que pasó que SI me dejé llevar y SI tuve confianza en el bailarín, que era seco!!

Pasamos por toda la pista y yo juro que alguien me puso alas en los pies!! No me pregunten que fue lo que hice, no tengo idea!!! Y eso que no hicimos grandes maravillas pero que rico se sintió!!!! No me criticaba, ni me tironeaba, ni me quería mandar!! Simplemente, en los primeros compases, me “sintió”, me “tomó el peso” y evaluó mi conocimiento, todo en los PRIMEROS TRES COMPASES del tango!! Y luego, me dijo al oído: Dale, ya te tengo, confiá!

Y CHAS!!! Por arte de magia me dio la lección más importante de toda mi vida tanguera, y que además me sacó un peso de encima: YO TAMBIEN PUEDO DEJARME LLEVAR!!!!!

Claro que hay que dejarse llevar para bailar bien! Eso lo se, pero el bailarín también tiene que tener claro QUE ES LO QUE QUIERE HACER y tener la sensibilidad para transmitírtelo!!! Eso es, y nada más… fácil y bonito. La idea no es ponerse a pelear en la pista para imponerse. En el baile tiene que haber un sutil convencimiento y una sensibilidad exquisita. Si el tipo sabe que hacer, tú lo vas a seguir porque te va a transmitir ESA seguridad… Al final, bailar es como un juego!!! Y con tanto esfuerzo, técnica y demases, eso se te olvida… De hecho, yo me había olvidado de disfrutar el tango, de bailarlo porque si.. En cambio en este tema me importó un bledo si puse mal el pie, si me apuré en el gancho, si hice ochitos adelante en vez de atrás!! Dio lo mismo!!!! Lo rico fue dejarse llevar y confiar en la pareja que te baila y darse cuenta que él también lo está pasando bien contigo!

Y fue tan rico!!! Bailé como nunca y lo mejor que unos segundos antes que terminara el tema este chico me dijo: “Ahora te llevo atrás y vos saltás!” … “QUUUUUEEEEEE????” (pensé, pero no tuve tiempo de decir nada) Me fui atrás y salté y terminamos con un remate precioso (y fácil!): Quedé sentada en su muslo derecho y ta-taaan!!! aplausos de la galería (o sea de mis compañeros de clase!) Qué loco fue!!!

Cuando terminamos y yo iba a tomar agua… porque el corazón me latía a mil por hora!!! El ayudante me dijo: Ahora, ya nunca más podés decir que no sabés bailar!... y plop…. Ahí me dí cuenta de la segunda parte de la lección:

Si, es importante dejarse llevar, pero un corolario para mi es que me di cuenta que yo NO SIGO A CUALQUIERA!!!!... (y con esto que digo ahora, me acabo de dar cuenta que nunca supe como se llamaba el bailarín!!!! …)